Sí, aunque normalmente se requiere abonar al menos el 80% del presupuesto antes de que empecemos.
Para mayor tranquilidad, puedes esperar a pagar justo antes de iniciar, una vez que el instalador haya subido todo el material y herramientas al domicilio.

Generalmente no trabajamos los sábados, pero podemos acordarlo de manera excepcional.
En cuanto a festivos, también podemos estudiar la disponibilidad, salvo los días en los que cerramos obligatoriamente: 24 y 25 de diciembre, 30 y 31 de diciembre, y 1 de enero.

No hay problema mientras exista un acceso mínimo.
Si es necesario mover objetos ligeros, lo podemos hacer nosotros.
Si los muebles requieren desmontaje o manipulación más compleja, esto tendrá un coste adicional (detalles en la sección “Precios y condiciones > Qué no incluye el servicio de instalación” que se encuentra más arriba).

Sí, puedes gestionar todo el proceso por WhatsApp: resolver dudas, enviar fotos, recibir presupuesto y confirmar la fecha de instalación.

Sí, podemos trabajar en pisos antiguos.
Si la instalación implica componentes eléctricos, es necesario verificar que exista toma de tierra.
Si no hay toma de tierra, deberá instalarse, con un coste extra.

La toma de tierra es un cable que desvía cualquier corriente eléctrica que se escape hacia el suelo, protegiendo a las personas y a los aparatos eléctricos.
Beneficios principales:
Evita descargas eléctricas.
Previene cortocircuitos peligrosos.
Protege la instalación y los aparatos conectados.
Cumple la normativa de seguridad eléctrica.
En edificios antiguos puede no existir, por eso es importante comprobarla antes de cualquier instalación eléctrica.

No, tranquilo. Si tu caldera actual funciona bien y pasa sus revisiones, no tienes que cambiarla.
La nueva normativa europea se centra en prohibir las ayudas y subvenciones para calderas de gas a partir de 2025 e ir eliminándolas en obra nueva a partir de 2030. Tu caldera existente puede seguir funcionando hasta el final de su vida útil. Eso sí, cuando toque cambiarla, te asesoraremos sobre las mejores opciones, como la instalación de bomba de calor (aerotermia) o las calderas de condensación más eficientes

Las calderas estancas (las antiguas) ya no se fabrican porque expulsaban humos a 120°C, desperdiciando mucha energía. Las calderas de condensación son las únicas que se pueden instalar ahora. Son mucho más eficientes porque aprovechan el calor de esos humos (que salen a unos 50°C) para calentar el agua. Aunque el precio de la caldera de condensación que compres sea mayor, el ahorro en la factura de gas (hasta un 30%) es la principal ventaja de la condensación.